jueves, 24 de diciembre de 2009

Christmas




Frunce el ceño ante lo que tiene delante.

Anaïs: mmm... no, no me convence, creo que hacen falta más guirlandas. -Se aparta un poco hacia atrás para tener una mejor perspectiva sobre el abeto-. Si, le faltan más.

Isaak: algunas más en la parte de abajo.



Anaïs: ¿Qué tal ahora?- se aparta hacia atrás el flequillo que le cae sobre los ojos.

Isaak: bellísima, como siempre.


La luz del fuego en el hogar se colaba en su cabello castaño, proporcionando destellos ígneos que aumentaban la belleza de su rostro.


Anaïs: ¡Bobo! ¡El árbol! -con una gran sonrisa en la cara.

Isaak: ¡Ah! Pues muy bonito, si... pero... me gusta más... eso.- dirigiendo su mirada hacia detrás de la chica, por encima de su hombro.

Anaïs: ¿El qué?- girándose para ver lo que había detrás de ella.

Isaak: Tú...-llegando hasta ella mientras estaba de espaldas.


Lo sintió, sintió su calor en su espalda y no pudo evitar emitir un suspiro y que su piel se erizase. Se giró y levantó la vista hacia su cara, y como si de un imán se tratara, se perdió en sus ojos verdes que se clavaban en los de ella color miel.

Ambos se fundieron en un tierno y cálido beso.


Se besaron hasta olvidarse de sí mismos, hasta abandonar sus cuerpos para fundirse en uno solo.



¡FELIZ NAVIDAD!

lunes, 21 de diciembre de 2009

Ode to a writer.

Writing is a bang!

Escribir dominada por la inspiración que te golpea al escuchar una canción, escribir lo que te sugiera y sientas en ese momento.



viernes, 18 de diciembre de 2009

To me.



Creo que a veces soy demasiado muda. (Y creo que algo estúpida también)


Mi corazón aguarda bajo llave, custodiado por una razón que es superior a cualquier idea fuera de ésta.


Todo fue un agradable caramelo amargo -provocaba una dulce ansiedad en mí-.

Una lágrima cae por su rostro a la vez que su corazón deja de latir por un momento.


Llora sola.

Llora llora y llora...



Y creo que reprime un nombre en la boca de su estómago. Hace mucho que le hecha de menos:


Y vinieron los silencios, más significativos que cualquier palabra necia. Y es que...las palabras se fueron volando, aquella vez, con las hojas del otoño.

Se fueron los reflejos en la mirada: Vacío.

Se pregunta su existencia: "¿Por qué vivo?" -Nadie responde.

Dolor, rabia, soledad, agonía, angustia, desesperación, desequilibrio, desorientación: Llanto.

Se queda abstraída, como aquella poetisa que aguardó a la luz y la amante que esperó el calor.


Pero en un rincón de su alma, las cosas más bellas guardaron su recuerdo para que el tiempo no pase por ellos.

Porque...¿quién sabe si volverá?...tal vez se fue, junto con las golondrinas.




Quizás, de tanto frío, me vuelvo loca. ¿Los locos qué hablan?


...instantes de lucidez mental en los que, a solas, la verdades me sobrevienen ...

viernes, 11 de diciembre de 2009

Oh.




Mira por la ventana de una cafetería en pleno centro de la ciudad.

Afuera nieva.

Son malas fechas para ella, sus padres murieron hace tres meses a causa de un accidente y, al no tener hermanos, se quedó sola.

Y por cada copo que cae del cielo, una lágrima se desliza por la porcelana de su rostro.

La gente ,en parejas, en grupos o solos, camina presurosa con decenas de bolsas en sus manos. Miran ilusionados los luminosos escaparates decorados profusamente con colores propios de esas fechas. Los más pequeños pegan sus manos al cristal y sus miradas se dirigen a su muñeca favorita o al juguete del que hablan sus amigos. Desvían un momento su mirada para dirigirla a sus padres, ese será el regalo que pedirán en Navidad.

Una pareja de ancianos están sentados en un portal rodeados de unos cuantos cartones. El hombre cubre a su esposa con una manta vieja que no llega a cubrirlos a los dos. En un momento, ambos se miran a los ojos y se abrazan. La nieve se amontona alrededor para protegerlos del viento que a veces azota sus curtidos rostros.


Ante esta visión frunce el ceño. Nota como se le forma un nudo en la garganta y se le empaña la vista.

El camarero le trae su café.

-Gracias -traga saliva- Por favor, ¿me puede traer un par de bocadillos grandes y algo de bollería?

-Claro.. ¿Dos bocadillos?


-Sí.

Comienza a dar vueltas a su café en la taza. En la televisión del bar la previsión del tiempo anuncia que la situación se va a mantener: frío y nieve. Tras esto, vuelve a mirar por la ventana y de nuevo observa a la pareja: Se miran el uno al otro, trasmitiendo por esas miradas mucho más de lo que había visto a hacer a mucha gente. Ahora el hombre deposita un suave beso en la frente de su mujer, y ésta se acurruca bajo sus brazos cerrando los ojos. Cuando los vuelve a abrir, mira en dirección al bar. La ve mirándola y baja la cabeza hacia el café. Deja de darle vueltas, ya se ha enfriado.


El camarero le trae los bocadillos. Ella se bebe de un trago lo que queda en la taza, paga y sale del bar. Se dirige hacia la pareja y cuando llega a su altura el hombre la mira y alterna la mirada de lo que lleva en la mano hacia su cara. Ella se agacha y entrega una bolsa al anciano, éste la mira dubitativo, pero al final la coge y la abre y, entonces, mira agradecido a la muchacha. Va a decir algo, pero su barbilla comienza a temblar. Es su esposa, con la voz quebrada, la que con un "que Dios se lo pague", le agradece todo a la muchacha.


Ésta se levanta y comienza a andar por la acera alejándose del portal. Mientras un pensamiento se ha instalado en su mente...

"acaso existe Dios? No lo creo, porque ¿permitiría un dios, el famoso Dios misericordioso y bondadoso, cosas como ésta? ¿Permitiría Dios el hambre y la miseria en el mundo o que los más inocentes murieran en unas guerras que no van con ellos? Y no sé si serás dios, diosa, o un puñado de dioses...no lo sé... Pero hace tiempo que no creo que existas...y si existes... Te odio."

Al llegar a la esquina de esa misma calle se detiene, y alza su rostro hacia el cielo, suspira, y se gira de nuevo dirección al portal.

-Vengan conmigo, ¡no van a pasar la Navidad durmiendo en plena calle y comiendo unos bocadillos!

miércoles, 2 de diciembre de 2009

A E I O U

Bueno, ahí va esto.
Me paso por aquí para "desconectar" en esta semana repleta de exámenes.
Poned el vídeo antes de empezar a leer, pero solo para la música. (No hace falta que lo veáis)




Y el tiempo se escurría por el reloj con absoluta viscosidad...


Raros eran los momentos en que mantenía su pierna quieta, sin que retemblara..
Se movía, se ponía recta, cruzaba sus piernas...las descruzaba.
Suspiraba...


El profesor la miraba alzando una ceja mientras explicaba.


Mordía el bolígrafo. Dejaba de morderlo -se había hecho daño en una muela- pensó que era mejor tamborilear en la mesa con él...

El profesor carraspeaba.

Dio un pequeño silbido mientras miraba por la ventana...


El profesor chistó...


Se sonó la nariz, varias veces, fuertemente. -estaba constipada.


El profesor puso los ojos en blanco.


Bufó.


El profesor volvió a carraspear.


Volvía a ponerse recta, intentaba mirar todo el rato al profesor, atendiendo.


El profesor, viendo su cara con los ojos como platos se desconcentró y perdió el hilo de la explicación...

Le dio la risa.

El "hombrecico" se puso nervioso, dejó la tiza y se pasó la mano por la cara para intentar serenarse, dejando con ello una mascarilla blanca.

Las lágrimas resbalaban por sus mejillas enrojecidas de tanto aguantar la risa.

El profesor estornudó, efecto del polvillo de la tiza.

Se escapaban pequeñas carcajadas que intentaba reprimir tapándose la nariz.

Volvía a estornudar.

Le iba a ofrecer un pañuelo de los que ella utilizaba, pero la risa contenida no le dejaba hablar.

El profesor la fulminó con la mirada. Iba a abrir la boca para soltarle una retahíla de improperios pero..

Por fin... sonó el timbre.-Recreo-