Ambas observaban en aquel cuadro de formas abstractas.
-¿Te gusta?
-No sé.
Se sentaron a mirar el resto de la galería.
De repente, el rostro de una de ellas empezó a surcarse de lágrimas.
-Lo quieres, ¿verdad?
-Creo que sí.
-¿Mucho?
-Sí.
-¿Por qué lo quieres tanto?
-¡¡Porque no me necesita!!
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