sábado, 17 de julio de 2010

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Hoy he aspirado ese momento. Olía a coco -culpa de mi bronceador- y a hierba fresca. Las hormigas intentaban lincharme mientras invadían mi toalla y espantaba las moscas que se querían posar sobre mi piel.
Traía a la memoria todos y cada uno de esos momentos, los que me hacen sonreir largamente y me dejan cara de boba. Cuando los recorrí todos, imaginé mi futuro, en concreto el más cercano, que empieza en unos días, muy lejos de aquí.

jueves, 1 de julio de 2010

shhh...



Te he visto sonreír, e, irremediablemente mi cordura y mi compostura se han esfumado. De hecho, no pude evitar regalarte la caricia más tierna que tengo en mi poder. Tampoco pude no quedarme embobada mirando cada pliegue de tu escultura.

Soplé flojito, sin que apenas lo notaras -solo se movió la comisura de tus labios- y todo el vello ondeó suave, dejando destellos dorados por toda la piel bronceada. Además, por si fuera poco, aspiré tu olor, apartando, muy lejos, los últimos resquicios de sensatez que me quedaban, y aún ahora, los ando buscando.