RINCONES
- Crónicas (16)
- Divagaciones (23)
- FIC: " Y apareciste tú..." (9)
- Reflejos (17)
- Reflexiones (17)
lunes, 19 de octubre de 2009
Capítulo VII
Los dos días siguientes Iván apenas tuvo ratos libres en comisaría. El importante caso que llevaba le robaba todo su tiempo, estaban avanzando bien, por ahora no se habían encontrado con ningún contratiempo y el trabajo con sus compañeros se hacía ameno. De vez en cuando los pensamientos se iban hacia otros lugares. Quería hablar con Alex, necesitaba disculparse por lo que le dijo a modo de broma, se sentía mal, por la cara que ella puso, no le gustó nada el comentario. Alejandra no se había pasado por comisaría en esos días.
Sergio no había vuelto aún, debería haber llegado el miércoles por la mañana, pero llamó a Alex diciendo que se quedaría un día más porque le había surgido una reunión con un ponente de la convención. Alex, mientras tanto, se refugió en el trabajo para olvidarse de los problemas. No fue a otro sitio que no fuese el bufete o el juzgado, y luego, en casa, ésta se le venía encima. Cenaba, y se ponía una de sus películas favoritas, “el diario de Noa”, cada vez que la veía no podía evitar que un mar de lágrimas inundase su rostro, sentía envidia, envidia por no poder amar así, por no poderse sentir así, por estar sujeta a una imagen respetable y no poder salir de ese laberinto. Y una vez más, se encogió hecha un ovillo y dejó vaciarse todo su interior.
A la mañana siguiente se despertó mareada, cuando se levantó sintió náuseas, pero se refrescó la cara y se le calmó el mareo. Tras arreglarse y tomarse un café, fue a comisaría.
Cuando la vió entrar por la puerta, su padre le preguntó: ¿Qué te pasa hija?, tienes mala cara –acariciándole la mejilla.
-Nada papá, es solo que esta noche no he dormido bien, nada más –posando su mano en la de su padre.
-¿Es por el trabajo? ¿te estoy atosigando mucho con el caso de corrupción? ¿Quieres...
-No papá, de verdad, estoy bien- tajante.
-Bueno, no te digo más...-conciliador- ¿Y Sergio? ¿Qué tal llegó?-cambiando de tema.
- Aún no ha venido, vendrá esta noche, creo, dijo que tenía que quedarse otro día más...
-Bueno, ya llega esta noche, no te angusties, tranquila...que ¡enseguida tendrás a tu hombre!...
-Si, estoy tranquila...ya te he dicho que estoy bien-se le escapó un resoplido y su padre que lo oyó se preocupó, pero dudó si tenía que preguntar si pasaba algo.
Al final optó por no meterse en medio y cambió de tema: Bueno, esto es para ti –tendiéndole una carpeta con casos resueltos- ¿Vienes a comer con mamá y conmigo hoy?
-No papá... muchas gracias... pero hoy estoy cansada y me apetece quedarme en casa...Otro día, ¿si? Me voy ya que tengo mucho trabajo.-se acercó para abrazar a su padre- Dale muchos besos a mamá.-Sonriéndole, había notado que había estado algo borde con su él.
-Está bien...si se los daré- le sonrió- Hija... –dándole un beso en la frente- Cuídate.
Estaba absorto en el ordenador cuando la vio bajando las escaleras. De un salto se levantó de la silla y se acercó a ella.
-¡Alex! Oye... que quería disculparme por lo del otro día, emm... no debí meterme donde no me llaman. Era una broma y...metí la pata...
-No pasa nada Iván, solo estábamos bromeando. Sólo que no estoy pasando un buen momento...sólo eso –tranquilizándole- de verdad, no le des importancia. ¿Vale? ¿Qué tal el día?
- Pues bien, aquí, liado entre los informes y el caso. ¿Y tú?
- Bien, con mucho trabajo también.
- Oye ¿Te apetece un café? Es que es la hora del descanso y tengo un rato libre. Así desconectamos un rato.
Mirándose el reloj, Alex: Pues tengo poco tiempo, pero bueno, me tomo un café, eso sí... que no me vea mi padre porque he salido escopetada de su despacho.
-Normal... con lo sargento que es...-bromeando.
-¡Oye! jajajaj-le dio un manotazo en el brazo- ¡Que es mi padre!
EN EL BAR.
-Y tú, ¿Por qué decidiste venir a Barcelona?
- Pues...mal de amores.-Con gesto serio.
-Ah...oye si no quieres... no...-no queriendo parecer indiscreta.
Iván prosiguió- Mi ex novia, Victoria, me dejó –tragó saliva- No me dio ninguna explicación, tan solo me dijo que no iba a seguir conmigo. Me echó las culpas de que estuviera agobiada... ¡Si apenas nos veíamos por culpa de su trabajo!.. Y... y... –poniéndose nervioso- Y entonces lo dijo... No me quería.- Alex le cogió la mano por encima de la mesa y se la apretó- Y entonces mi mundo se derrumbó.
-Lo siento... ¿Y no te dijo nada? Quiero decir... ¿No te dio más motivos?- bufó-
-No...
-¿Llevabais mucho tiempo?
-Dos años y tres meses. De hecho, a mis padres no les he dicho toda la verdad, les dije que nos habíamos tomado un tiempo, creo que aún tenía la esperanza de volver con ella...pero en dos semanas vienen a visitar mi casa, así que les contaré la verdad.
-Va... anímate, sé que esto puede parecer algo tópico, pero eso es porque tal vez no sería la persona de tu vida. Ya encontrarás a alguien mejor.-acariciándole el brazo
-Si...-más animado- la verdad es que algo tópico ha sonado...jaja...pero bueno... eso espero...- sonriendo.-
.-Además, me tendrás que volver a presentar a tus padres, ¡seguro que no se acuerdan ya de mí! Tú tranquilo, todos pasamos por malas rachas... ¡mírame a mí!
- ¿A ti? –extrañado.
- Sí...-se dio cuenta de lo que acababa de decir y paró en seco-
Iván la notó algo tensa: no te preocupes, no me lo cuentes si no quieres.
-Si, bueno es que no había hablado con nadie de esto...-suspiró- para mí es difícil, mi matrimonio no está pasando por un buen momento, no nos peleamos ni nada, bueno de vez en cuando discutimos pero ya está. –se apercibió de que Iván estaba escuchándola atentamente y continuó- Ya no siento lo mismo, creo que nos hemos distanciado.
-Tal vez solo es cuestión de hablarlo, seguro que después se arregla, a veces dejamos que el trabajo nos absorba demasiado...
-Si...- de repente comenzó a sentirse mal, se mareó, y le entraron náuseas.- Perdona, disculpa un momento...voy al baño.
-¡Alex!, ¿te encuentras bien?- la perdió de vista por la puerta del aseo de señoras.
Cuando salió, había recuperado parte de su color. Iván se acercó a ella.
-Uff... no sé que me pasa hoy... es que no me encuentro muy bien...creo que me he enfriado o algo.
-¿Quieres que te pida un taxi? Creo que es mejor que te vayas a casa.
- No, gracias, ya estoy mejor. Tengo muchas cosas que hacer, de todas formas gracias. ¿Nos vamos?
-Si, vamos.
Pagaron y cuando iban saliendo por la puerta, Alejandra se dobló sobre si misma y gimió de dolor- ¡Ayyy...!
-Alex, ¿¡Qué te pasa!?- Le ayudó a incorporarse y le hizo sentarse en una silla.- Siéntate, ¿vamos al hospital?
-No, creo que mejor voy a casa y descanso allí. Seguramente solo serán nervios acumulados. Llama un taxi, por favor.
Ajenos a lo que ocurría a su alrededor, no se dieron cuenta que una persona los había observado desde una ventana del bar.
miércoles, 14 de octubre de 2009
Heaven on Earth
Tumbada en la hierba fresca inspiro profundamente...
La ligera brisa hace que mis cabellos proyecten infinidad de formas curvilíneas...la misma forma que se ha instalado en mis labios desde que los tuyos pronunciaron aquellas palabras.
Me incorporo ligeramente con los codos apoyados en la mullida alfombra verde y, desde ahí, oteo el horizonte...las insinuantes curvas de las colinas aportan movimiento a una imagen que quiero guardar para el recuerdo...
Alzo un poco más la vista...ahora me gusta aún más, pues el cielo está teñido de suaves tonos anaranjados, rosados y azules; colores pastel que dejan en mí una apaciguante sensación de tranquilidad. Entorno levemente los ojos, pues aún despuntan algunos rayos de sol rebeldes que intentan colarse por mis retinas. Espero a que mis ojos se acostumbren a la luz...Ahora observo las pocas nubes que empañan mi visión. "Aquella parece un niño comiendose una piruleta gigante..." "Uff...me apetecen golosinas..." Juego con los dedos revoloteando la hierba, arranco unas cuantas hojitas y las lanzo hacia arriba, tengo la fantástica suerte de que el viento quiere jugar conmigo y se lleva las hojitas hacia otro lugar..."ya las he perdido de vista" Noto un pinchazo en mi mano derecha..."Jod---!... una hormiga me ha mordido!"...la sitúo en la palma de mi mano... y de un pequeño soplido la devuelvo al suelo. "venga vale, ya me quedo quietecita..."
Vuelvo a recostarme y ahora cierro los ojos...esta vez no está oscuro, mi cerebro se ha encargado de regalarme pequeños instantes de felicidad... ahí están...tu ternura en la mirada, la delicadeza en tu sonrisa. Noto la humedad en los pantalones, "vaya, el rocío de la hierba me ha calado". Y de repente... me olvido de respirar... Y siempre queda ahí, intacto, intocable... tu recuerdo...Y...entonces... ¿sonrío?. Si, sonrío.
lunes, 12 de octubre de 2009
"Atchis!"
Y entonces estornudé...y me evaporé en la nada...
No me importó...pues mi verdadero Yo permanece en un Mundo de Ideas... así que en este estado, desvanecida, volé hasta ese mundo, en el que el caos brilla por su ausencia, pues todo lo ocupa la pureza.
Y lo que quedó de mí...ese Ente, volvió por un instante, en forma de pequeños destellos cristalinos de colores olvidados, volé por infinidad de lugares, donde tramos de miseria, lujo, pena y desenfreno se intercalaban en una espiral de locos, pero seguí mi camino...y llegué hasta mi destino ...para llevarme grabado en mí cada rincón de su anatomía.
De repente, despierto. Tengo un ligero malestar, creo que me he resfriado.
viernes, 9 de octubre de 2009
Capítulo VI.
El madrugón fue duro para los tres hombres que tuvieron que pintar. Los restos de la noche anterior aún estaban en sus cuerpos.
-Uff.. menudo dolor de cabeza...la fiesta y los bailes de anoche pasan factura... Porque eres nuevo y me has caído bien... si no, ¡por mi madre que no vengo esta mañana...! – Pedro se quejaba.
Alberto viendo el percal animó al personal: ¡Venga va! ¡Si esto nos lo vemos hecho en na’ de tiempo!...eso sí...Iván... luego te invitas a unas cañitas y unas tapas para reponer fuerzas... ¿no?- subiendo y bajando repetidamente las cejas.
- Claro, claro... ¡por supuesto!.. eso sí... me tendréis que aconsejar un sitio bueno de tapas... porque no conozco ninguno.
Pedro oyó comer y pareció que se le quitase el dolor de golpe: ¡Eso está hecho! Os voy a llevar a un sitio que os vais a chupar los dedos... ¡ya veréis!.. Luego podréis llevar allí a las chatis...
Alberto vió una oportunidad de reirse: Venga va, moja ya la brocha, semental... jajajaja...
Pasaron el resto de la mañana y de la tarde pintando el apartamento y gastando bromas. Al finalizar la jornada los tres llevaban manchurrones de pintura por todas partes señal de que no se habían aburrido o de que tal vez no tenían vocación de pintor.
Por la noche, Pedro les llevó a un restaurante que servían tapas y carne a la parrilla. Pasaron la velada entre historias policíacas, risas y más risas.
Al día siguiente, lunes, tocó ir a comisaría.
Iván llegó temprano, era su primer día oficial y quería empezar con buen pie. Subió a la sala de reuniones para que le informaran de su nuevo caso. Allí se encontró con Aitana, que le saludó seriamente y se dirigió a Carlos, que entraba en la sala. Iván optó por sentarse mientras esperaba a los demás compañeros. Se quedó pensativo, le habían pasado muchas cosas en tan solo dos días. Llegó a Barcelona para olvidarse de Victoria, y en unas horas había hecho ya buenas amistades, se había encontrado por casualidad –o tal vez por cuestiones de destino- con Alejandra. Ahora ella era toda una mujer –y que mujer... –Iván se sorprendió a si mismo pensando esas cosas –"Pero que coñ..., Tiene novio, o al menos eso me dijo cuando estuvimos en el pub... ¡Ay!... pero que graciosa estaba ella... ahí... bailando sevillanas..."-
–¡¡Suban yaaa cojoooneees!! ¡Mequetrefeees! Uff... - Los gritos del comisario desde la sala de reuniones hacia los que estaban abajo en la sala común despertaron de su ensismamiento a Iván. Acto seguido vio aparecer a unos apresurados Alberto, Pedro y Paula. Seguidos de dos compañeros más que conoció en el pub. Un hombre de mediana edad, moreno, se llamaba Juan, era simpático y tenía buena relación con Alberto y Pedro, tenía un hijo que también trabajaba en la comisaría, se llamaba Borja, era la viva imagen de su padre, de rostro amigable y no menos atractivo, de pelo moreno y ojos azul oscuro. Por lo que le contó David, éste y Borja casi siempre iban juntos. Tenían la misma edad, veintiséis, y fueron compañeros en la academia, así que en las misiones se cuidaban mutuamente.
Cuando el resto de agentes entró a la sala y se sentó, D. Antonio, el comisario, comenzó a hablar.
-Bien, buenos días a todos. Nos ha llegado de la central un caso de corrupción. Al parecer, existen indicios de que varios dignatarios públicos tienen en sus cuentas bancarias sospechosos movimientos de grandes cantidades de dinero. La empresa española Renoco también aparece entre estos sospechosos. Esta entidad tiene como objeto la creación, el diseño, y el control de campañas publicitarias y agencia de publicidad; la realización de proyectos de organización y planes de negocios, entre ellos, la construcción. Estos dignatarios públicos, los cuales parece ser que pertenecen a partidos ultra conservadores, podrían ser sospechosos de delitos de cohecho, tráfico de influencias, blanqueo de capitales, y especulación urbanística.
-Malditos políticos.-dijo Alberto a David.
-Agente García, -Dirigiéndose a él- si tiene algún problema con el desarrollo de la reunión, tal vez debería decirlo en voz alta.
-No señor, disculpe señor- cuadrándose.
El comisario prosiguió –Agentes, su misión será averiguar la relación entre los gerentes de Renoco y los dignatarios públicos, de los cuales aparecerá fotografía y datos en el dossier que Aitana les ha repartido. –todos abrieron las carpetas- También se vigilará de cerca a los políticos, pues también nos han llegado datos sobre un posible caso de uso de fondos públicos para intereses privados, algunos de ellos “demasiado lucrativos” como concurrir locales de prostitución. Como ya habréis visto, los políticos sospechosos son Ramón Agag y Alejandro Blanco.
Alberto volvió a saltar: -Desgraciados fachas...
-Agente García, como vuelva a interrumpir se traga cuatro guardias seguidas, ¿Queda claro?
-Si señor, lo siento señor.
-El grupo de Carlos, formado por los agentes Juan Ibáñez, Iván Jiménez y Paula Santa se encargará de vigilar sus movimientos tras la salida de su sede, en el dossier viene toda la información sobre lo que tienen que hacer. La subinspectora Aitana Vázquez y el becario García se encargarán de vigilar las operaciones financieras. Pedro Martínez permanecerá con Borja y David en comisaría como refuerzo, saldrán a vigilar cuando el grupo de Carlos termine su turno.
Bien si nadie tiene nada que decir, se acaba la reunión.
Al acabar la reunión todos fueron a sus respectivas mesas para seguir con su trabajo y sus montones de informes.
En el momento en que Iván levantó la vista de la pantalla de su ordenador, Alejandra entraba a comisaría con un maletín en sus manos. Sus miradas coincidieron y ella se acercó a su mesa.
-¿Qué tal tu primer día de trabajo?-sonriendo.
-Puees bastante bien, no me puedo quejar... ¡Ya tengo un caso en el que participar! Y este es bueno...
-Míiiralo... ¡qué bien ha llegado el chico! ¿Oye... y como llevas el cuerpo? ¡Anda que menuda fiesta la del sábado!
-Pues el cuerpo muy bien, yo aguanto toda la fiesta, ¿no ves que soy de Sevilla? Jajaja... llevó la fiesta en la sangre... jajjaaj
-Jajajaja... menudo ficha eres tú... Hacía tiempo que no lo pasaba también...solo de acordarme de veros bailando el Aserejé me parto de risa- A carcajadas.
-¡Anda! ¿Es que tu novio no te saca mucho de fiesta o qué?- a modo de guasa.
De repente se le borró la sonrisa de la boca a Alejandra: Emm...es que hace tiempo que no...
Pero la conversación se vio interrumpida por D. Antonio que la llamó desde arriba:
-¡Hija! ¡Ya has venido! Ven, sube a mi despacho. – y se marchó hacia allí.
Alejandra se volvió hacia Iván: Bueno, me voy, ya me reclaman, nos vemos.
-Alejandra lo siento por preguntar, yo...- pero ella ya se había marchado escaleras arriba.
El resto del día pasó sin sobresaltos. Iván se quería disculpar a Alex por haberle hecho esa pregunta que en ese momento había sonado bastante indiscreta, pero no tuvo ocasión. La vio salir de la comisaría a la hora de comer acompañada de su padre y ya no volvió.
Llegó a su apartamento, estaba agotado, había rellenado una montaña de informes, y al terminar el turno se había pasado por unas tiendas para comprar unas cuantas cosas para su nuevo hogar. Éste se había quedado genial con aquella pintura verde claro por la habitación y el pasillo, para el salón había utilizado un color granate, pues los pocos muebles que había tenían un color oscuro y quería combinarlo. La cocina y el aseo eran de azulejo.
Se duchó, cenó algo rápido y se acostó.
La noche no fue muy diferente para Alex, llegó a casa, dejó el bolso en el sofá y se marchó directamente a la ducha, después se preparó algo de verdura para cenar y se fue a la cama. Allí se quedó tumbada boca arriba y con los ojos abiertos. Estaba agotada, pero sin embargo no podía dormir. Había estado todo el día de aquí para allá, del bufete, a la comisaría y de la comisaría al juzgado. Su padre le había informado del nuevo caso de corrupción que llevaría. –“Otro más...”- Pensó.
Y por si fuera poco, la relación con Sergio no había mejorado. Éste había salido de viaje un par de días para ir a una convención de no sabía qué. Esa mañana, ella había intentado hablar con él antes de que se fuera, pero éste le había dicho que ya hablarían, que no se preocupase, pero que ahora tenía prisa. Le dio un beso en la frente y se marchó al aeropuerto. Y así, dándole vueltas a la cabeza, por puro agotamiento, se quedó dormida.
miércoles, 7 de octubre de 2009
I'll tell you something..
Y al final de todo... te diré que me encariñé contigo...
Me ha llegado a gustar nuestro "tira y afloja", nuestros vaciles momentáneos, nuestros bailes cual musical propios de los adolescentes alocados que somos. No puedo evitar que una sonrisa aparezca en mi rostro al recordar nuestros momentos ebrios con sus conversaciones sinceras, nuestros instantes de escrutar la mirada del otro, los momentos fugaces de respirar tu aliento y que sientas el calor de mi respiración en tu cara... Y de nuevo... me olvido de respirar... y extraigo de mi memoria los recuerdos de cada pliegue de tu escultura...
Y entonces, un beso... aquel que tiró de mi cordura para perderme en tí...
Un suave soplo procedente de tí hizo que mi pelo se suspendiese y brillase con destellos cristalinos de colores marrones, ocres y dorados...que tu no dudaste en acariciar. Y mi mano derecha se posó en tu cara y la otra, celosa, reposó sobre tu hombro.Fuimos recorriendo la geografía delimitada por nuestras siluetas... regalando en el descenso de las manos una caricia a cada centímetro de piel recorrida. Eramos tú y yo... el plural plusquamperfecto.
Y sin previo aviso....llegó la ruptura con mi razón... pues a esas alturas...ya la había perdido...